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El “Jardin d’Afrique” de Rachid Koraïchi:
entre instalación artística y proyecto humanitario

El pasado 8 de junio, al sur de la costa tunecina, cerca de la ciudad portuaria de Zarzis (Túnez), se inauguró el "Jardin d’Afrique" (Jardín de África), un lugar donde dar sepultura a las muchas personas que han perdido la vida en el Mar Mediteráneo, durante su intento de alcanzar Europa. 

17 de junio 2021
TúNEZ
El proyecto nace de la mano del artista plástico argelino Rachid Koraïchi (Ain Beïda, 1947), cuya obra se presentó en Casa Árabe en la exposición “Este largo viaje hasta tu mirada” en 2019. Koraïchi lleva gestando esta iniciativa desde 2018, cuando adquirió 2500 metros cuadrados de tierra con el objetivo de realizar un “cementerio para los sin nombres”, que este año, según la estimación de OIM, ascienden a más de ochocientos –contra los trescientos cincuenta del año pasado. La ceremonia de inauguración fue presidida por Audrey Azoulay, directora general de UNESCO.

Este lugar de paredes blancas, con pasillos de azulejos de cerámica, parecidos a los de la Medina de Túnez del siglo XVII, incluye un espacio donde lavar los cuerpos antes del entierro y una capilla para los servicios doctrinales. En la cúpula de la misma se pueden apreciar los símbolos de las tres religiones monoteístas. Las tumbas –alrededor de doscientas ya ocupadas– están rodeadas por jazmines, buganvillas, naranjos amargos y galanes de noche. A la entrada, un olivo de 120 años recibe al visitante. A lo largo de la historia, la idea del jardín siempre ha estado vinculada a la visión de un lugar idílico y rebosante de paz, generalmente situado en el Más Allá, en el que crecen abundantes flores y árboles. Koraïchi afirma haber querido recrear “un paraíso en la tierra”. El proyecto ha sido diseñado, realizado y financiado por él, a través de la estrecha colaboración con los artesanos locales, como es habitual en sus trabajos. Su intención, allá donde vaya, es la de beber de las tradiciones culturales autóctonas, fomentando el diálogo con la más amplia comunidad global.

Esta obra de arte total refleja toda la sensibilidad artística y personal de Koraïchi. El artista desciende de una familia de la orden sufí de los Tidjaniyyah, provenientes de La Meca. Según cuenta en una entrevista con la coordinadora de Cultura de Casa Árabe, Nuria Medina, con ocasión de la exposición “Este largo viaje hasta tu mirada”, en su vida dedicó muchísimo tiempo a rastrear a sus antepasados. Mientras en Occidente es relativamente fácil retroceder en los linajes, gracias a que las iglesias y los sacerdotes desde siempre registraron nacimientos y muertes, la cultura árabe se basa en la oralidad, dificultando la posibilidad de recorrer con exactitud la genealogía de un individuo. Pues todo es susceptible de poder ser alterado. A pesar del espíritu viajero y nómada que le caracteriza, Rachid tiene un claro sentido de lo que es el hogar y la importancia de conocer las propias raíces y los vínculos con los/as demás. Dar sepultura a esos cuerpos, despojados de la propia subjetividad y expulsados de la categoría de lo “humano”, significa devolverles un espacio de presencia en esta tierra. Cada cadáver que llega a las puertas del "Jardin d’Afrique" no solo recibe un “hogar”, sino que también recibe un signo distintivo, que le redime del anonimato al que el mar le ha condenado. Para cada cuerpo se realiza una prueba del ADN, cuyos resultados quedarán registrados en la lápida, junto a la fecha y el lugar del naufragio. Estos datos son fundamentales para que los familiares puedan, un día, localizarlos. A través de esta labor, el artista participa en mantener en vida a estos sujetos, por lo menos en la memoria de aquellos que seguimos el camino, porque, para Rachid, “la humanidad es una cadena”. Él mismo sufrió la pérdida de su hermano mayor, Mohamed, que, tras la guerra de Argelia, partió en una embarcación rumbo a Europa y del que nunca más volvió a tener noticia.

Como afirma la historiadora del arte y comisaria de exposiciones Ana Martínez de Aguilar, «en lugar de centrarse en la denuncia, como otros artistas, [Koraïchi] nos habla de armonía y orden cósmico, de belleza y trascendencia» ("Este largo viaje hasta tu mirada", 2019). El argelino concibe la crítica sólo como un momento dentro de la creación. Este momento tiene que resolverse necesariamente en un gesto sintético, que desvele otro horizonte de sentido en el que se haga posible una reorganización del vivir común. El arte, para Rachid, presentifica un mundo diferente y, en virtud de su carácter ecuménico, se dirige a la totalidad de la “comunidad de seres humanos” sin distinción de raza, origen, cultura y religión. A partir de ahora, el artista ha otorgado la gestión del jardín-cementerio a la organización homónima "Le Jardin d’Afrique", guiada por el presidente de la organización humanitaria “Media Luna Roja” de Zarzis y Médenine, el doctor Mongi Slim, con la esperanza de poder seguir promoviendo su arte e invertir ulteriores recursos en la ampliación del proyecto.

Francesca Todeschini
Máster en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual (MNCARS, UAM, UCM)